Última entrada de blog que he escrito en Fórmulatv.com. Me ha parecido que estaría bien escribirlo aquí también:
Tengo 26 años. Ni muchos ni pocos. No soy de una generación concreta, soy más joven que los llamados “X” y más mayor que los “puntocom” o “playstation”. Sin embargo, estar entre generaciones no siempre es malo, porque la memoria te llega a cosas que hoy día parecen remotas y también vives la actualidad, con todas sus novedades.
Cuando era pequeño (5 ó 6 años) aún recuerdo un mundo televisivo formado por 2 canales, a los que la gente todavía llamaba “la Primera Cadena” y “la Segunda Cadena”. Un mundo televisivo que yo veía en blanco y negro cuando iba a casa de mis abuelos (ambos casos), pues todavía tenían televisores antiguos de unos 20 años, que más tarde cambiaron por televisores en color sólo cuando se rompieron. Ah, también era un mundo en el que esos televisores antiguos no tenían mando a distancia (eso que ahora tienen absolutamente todos los chismes). Y se vivía. Más que nada porque uno no echa de menos lo que no conoce.
A finales del año 1990 o principios de 1991 (no recuerdo exactamente) llegaron al centro de mi ciudad (Cartagena) las televisiones privadas. Curiosamente, en el barrio donde vivían unos de mis abuelos, llegó meses antes (ya con televisor en color, por cierto). Era toda una novedad, sobre todo aquel canal (que yo nunca tuve) que codificaba a casi todas horas y ofrecía un partido de Primera División. ¡Y previas de los partidos! Eran los tiempos de Carrascal, las Mamachicho, “La merienda”, Miliki y Rita Irasema...
Por aquel tiempo, también se empezó a ver por aquí el Canal 9 valenciano (que siempre se ha recibido por estas tierras poniendo una antena para ello) e incluso TV3, que llegaba a través de Alicante, donde tenía antenas (desde que me cambié de casa en 1991, no he vuelto a ver esta autonómica).
Con los años nacerían dos plataformas con un montón de canales, llamadas Vía Digital y Canal Satélite. Finalmente, la segunda absorbió a la primera y quedó hasta nuestro días Digital +. Yo nunca disfruté de una ni de otra, pero sí (unos meses después de otro cambio de casa) de ONO desde febrero de 2001. El caso es que todo fue fortuito. Yo a mi padre siempre le había dado el follón con estas cosas, pero no acaba de convencerle y mi madre era reticente. Pero como Telefónica no aparecía para poner las líneas y ONO si lo hizo... Aprovechamos para poner, aparte del teléfono, la televisión y una decisión de última hora, que siempre agradeceré, internet (estamos hablando de 56 k, de ocupar línea de teléfono...).
Tener ONO no significaba solo sumar un montón de canales, sino también disfrutar de una gran calidad de imagen (y en algunos casos de sonido), sobre todo si tenemos en cuenta que la señal analógica llega a mi cada regular. Por cierto, entre el cambio de casa y poner ONO, también cambiamos el televisor principal. Teníamos un Philip en color del año 80… que en su época costó unas 120.000 pesetas...
En estos últimos años no han dejado de surgir los avances: Hemos pasado de tener 4 cadenas nacionales a tener 6, en la Región de Murcia ha surgido una televisión autonómica, como ha pasado en mucha comunidades en los últimos años y, sobre todo, hemos visto nacer la TDT, con la mejora que esto supone, al menos en cuando a la imagen y el sonido (en especial para el que viene del analógico), ya que la calidad de sus canales aún es discutible.
Y dos las novedades que poco a poco se están introduciendo en nuestras vidas: La emisión panorámica en 16:9 (conste que sigo sin ver qué hay de mejor en un televisor panorámico que en un “cuadrado”) y la alta definición, que ya va apareciendo en algunos canales, y para la que ya están los nuevos televisores preparados.
Como empezaba este artículo, ni joven ni viejo, pero lo suficiente de lo uno y de lo otro para haber visto muchos cambios en el mundo de la televisión durante mi vida.
Tengo 26 años. Ni muchos ni pocos. No soy de una generación concreta, soy más joven que los llamados “X” y más mayor que los “puntocom” o “playstation”. Sin embargo, estar entre generaciones no siempre es malo, porque la memoria te llega a cosas que hoy día parecen remotas y también vives la actualidad, con todas sus novedades.
Cuando era pequeño (5 ó 6 años) aún recuerdo un mundo televisivo formado por 2 canales, a los que la gente todavía llamaba “la Primera Cadena” y “la Segunda Cadena”. Un mundo televisivo que yo veía en blanco y negro cuando iba a casa de mis abuelos (ambos casos), pues todavía tenían televisores antiguos de unos 20 años, que más tarde cambiaron por televisores en color sólo cuando se rompieron. Ah, también era un mundo en el que esos televisores antiguos no tenían mando a distancia (eso que ahora tienen absolutamente todos los chismes). Y se vivía. Más que nada porque uno no echa de menos lo que no conoce.
A finales del año 1990 o principios de 1991 (no recuerdo exactamente) llegaron al centro de mi ciudad (Cartagena) las televisiones privadas. Curiosamente, en el barrio donde vivían unos de mis abuelos, llegó meses antes (ya con televisor en color, por cierto). Era toda una novedad, sobre todo aquel canal (que yo nunca tuve) que codificaba a casi todas horas y ofrecía un partido de Primera División. ¡Y previas de los partidos! Eran los tiempos de Carrascal, las Mamachicho, “La merienda”, Miliki y Rita Irasema...
Por aquel tiempo, también se empezó a ver por aquí el Canal 9 valenciano (que siempre se ha recibido por estas tierras poniendo una antena para ello) e incluso TV3, que llegaba a través de Alicante, donde tenía antenas (desde que me cambié de casa en 1991, no he vuelto a ver esta autonómica).
Con los años nacerían dos plataformas con un montón de canales, llamadas Vía Digital y Canal Satélite. Finalmente, la segunda absorbió a la primera y quedó hasta nuestro días Digital +. Yo nunca disfruté de una ni de otra, pero sí (unos meses después de otro cambio de casa) de ONO desde febrero de 2001. El caso es que todo fue fortuito. Yo a mi padre siempre le había dado el follón con estas cosas, pero no acaba de convencerle y mi madre era reticente. Pero como Telefónica no aparecía para poner las líneas y ONO si lo hizo... Aprovechamos para poner, aparte del teléfono, la televisión y una decisión de última hora, que siempre agradeceré, internet (estamos hablando de 56 k, de ocupar línea de teléfono...).
Tener ONO no significaba solo sumar un montón de canales, sino también disfrutar de una gran calidad de imagen (y en algunos casos de sonido), sobre todo si tenemos en cuenta que la señal analógica llega a mi cada regular. Por cierto, entre el cambio de casa y poner ONO, también cambiamos el televisor principal. Teníamos un Philip en color del año 80… que en su época costó unas 120.000 pesetas...
En estos últimos años no han dejado de surgir los avances: Hemos pasado de tener 4 cadenas nacionales a tener 6, en la Región de Murcia ha surgido una televisión autonómica, como ha pasado en mucha comunidades en los últimos años y, sobre todo, hemos visto nacer la TDT, con la mejora que esto supone, al menos en cuando a la imagen y el sonido (en especial para el que viene del analógico), ya que la calidad de sus canales aún es discutible.
Y dos las novedades que poco a poco se están introduciendo en nuestras vidas: La emisión panorámica en 16:9 (conste que sigo sin ver qué hay de mejor en un televisor panorámico que en un “cuadrado”) y la alta definición, que ya va apareciendo en algunos canales, y para la que ya están los nuevos televisores preparados.
Como empezaba este artículo, ni joven ni viejo, pero lo suficiente de lo uno y de lo otro para haber visto muchos cambios en el mundo de la televisión durante mi vida.
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