un-millon-de-españoles-piratea-el-futbol-de-pagoUn millón de españoles piratea el fútbol de pagoDos realidades cabalgan en paralelo en el negocio de la televisión de pago: el dinero invertido por las operadoras en contenidos -con el fin de mejorar su oferta convergente- y el pirateo, que en España no es ninguna broma. No lo es en general, por conocido -películas, música o libros-, y no lo es en el caso concreto de las esas televisiones, que se han gastado una burrada para poner en sus parrillas lo que ofrecen, objeto también del pirateo: fútbol, series y demás contenidos.
La guerra entre operadoras (Telefónica y Vodafone, sobre todo) y sus cadenas empezó en el fútbol y en ese mismo terreno de juego, según fuentes oficiales, hay un millón de españoles que se aprovechan otros resortes para no pasar por taquilla. Ojo, porque hablamos de un capítulo demasiado alocado, a juzgar por las cifras que se han pagado por los derechos de emisión.
Esa oferta se la reparten en estos momentos Movistar+, Vodafone, Orange y Telecable tras los acuerdos alcanzados con la cadena Bein Sport. O lo que es lo mismo, tras la negociación con Jaume Roures, presidente de Mediapro (propietaria de Bein), que es la que se está forrando de verdad.
El propio Ceo de Vodafone España, Antonio Coimbra, reconocía recientemente (en noviembre), que es imposible rentabilidar los derechos del fútbol pagados: los clientes tendrían que pagar entre 50 o 60 euros al mes, algo impensable por mucho tirón que tenga el deporte rey. Paradójicamente, el presidente de Telefónica España, José Miguel Gilpérez, señaló lo contrario.
A la guerra del fútbol ha seguido otra guerra, la de las series, mediante acuerdos con las productoras. Sirva un ejemplo de cómo funciona el pirateo en este ámbito, también según fuentes oficiales: la popular serie Juego de Tronos la piratean cerca de 400.000 españoles
Y unos 400.000 la popular serie Juego de Tronos, que se reparten Vodafone y Movistar+.
El pirateo afecta al 46% de la audiencia del campeonato de Moto GP, que emite en exclusiva Movistar.
En el caso del fútbol, el problema se añade a la dificultad de rentabilizar los carísimos derechos pagados.